miércoles, 18 de julio de 2007

Cambiar



Cuando yo era joven, me propuse cambiar el mundo.

Al crecer un poco más, me percaté de que esto era demasiado ambicioso,

por lo que me propuse cambiar mi país.

Me di cuenta al hacerme mayor de que también era demasiado ambicioso,

de modo que me propuse cambiar mi ciudad.

Cuando advertí que no podría hacer ni siquiera esto,

traté de cambiar a mi familia.

Ahora que soy viejo, sé que debería haber comenzado por cambiar yo mismo.

Si hubiera empezado por mí mismo,

tal vez habría conseguido cambiar a mi familia, mi ciudad o aún el país...

y quién sabe, ¡quizás incluso el mundo!

Palabras de un rabino jasídico en su lecho de muerte

Una mala actitud es una de las principales causas del fracaso. Adoptar una actitud equivocada, nos puede inducir a cometer errores aunque todo lo demás esté bien hecho. Sin embargo, con una actitud correcta, aunque el resto esté equivocado, se puede alcanzar el éxito. Podemos construir el éxito a través de la actitud y no la actitud a través del éxito. Es de gran significado que el Creador le otorgara al hombre el control de poder delinear sus propios pensamientos, y que los mismos puedan calzar en el molde que él escoja. Una actitud mental positiva

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